El mindfulness está influenciando nuestra sociedad de una forma imparable. También llamado atención plena o conciencia plena, consiste en estar atento de manera intencional a lo que hacemos, sin juzgar, apegarse, o rechazar en alguna forma la experiencia.
Tal es el auge y beneficio de esta técnica que desde la década de 1970 se ha promocionado con objetivos diversos, como mitigar el estrés, principalmente el causado por el trabajo o las enfermedades, que ya ha comenzado a impartirse en escuelas e institutos de manera habitual como parte de la enseñanza que todo alumno tiene derecho a recibir. Y no solo eso, sino que se extiende a maestros y profesores como parte de su formación complementaria.
Si el mindfulness comienza a estar presente a tantos niveles y parcelas de nuestras vidas, nos preguntamos por qué no llevarlo al ámbito de la empresa. Todos nos quedábamos boquiabiertos cuando hace años llegaba a nuestros oídos todas las prácticas que ponía en juego Google en su propia empresa para mejorar la productividad de sus empleados. Hoy en día es una realidad no tan lejana para centenares de organizaciones que abogan por promover la felicidad de sus empleados como una medida para favorecer su compromiso, rendimiento y productividad.
Sin duda alguna el mindfulness tiene mucho que aportar a esta felicidad, y es por ello que cada día más se recurre a él en el ámbito profesional, ya que es un método que ayuda no sólo a calmar la mente, sino que también ayuda a mejorar la capacidad de concentración y todos sus beneficios llevan parejos el desarrollo de la inteligencia emocional que a nivel laboral se traduce en habilidades esenciales para los directivos, como una mejora en la comunicación en equipo o mejora de la creatividad.
Desde el punto de vista de la empresa puede parecer a priori más un premio para el trabajador que un beneficio para la organización, pero los estudios demuestran que el retorno de la inversión en felicidad es inmenso en comparación con la misma. Así en Mahou-San Miguel, una de las empresas pioneras en España, calculan un retorno de 2,9 euros por cada euro invertido en wellness corporativo. Del mismo modo, en un estudio llevado a cabo por la Universidad de Warrick, se concluyó que apenas una inversión de 2£ en la mejora de la felicidad por participante provocó aumentos de productividad del orden del 10-20%.
También cierto que alrededor de una nueva tendencia o corriente pueden surgir desconfianzas a la hora de elegir el proyecto concreto que nos ayude a trasladarlo a nuestra organización. Es por ello fundamental que a cada proyecto de mindfulness laboral se le exija su correspondiente medición de resultados. Hoy en día la tecnología nos brinda la oportunidad de recabar esta información de una forma fiable e inmediata a través de aplicaciones y programas.
En Fides somos plenamente conscientes de la necesidad de llevar a las organizaciones distintas técnicas que mejoren el bienestar de las personas que la integran, lo que se traduce en crear empresas saludables en las que se considera la felicidad en el trabajo como una herramienta para mejorar la productividad y la sociedad en general. Y todo ello siempre garantizando su aplicación directa e inmediata en el puesto de trabajo y la indispensable medición de resultados.
Zaida Ferreiro